ARTURO RUÍZ LOREDO, DE NIÑO REJONEADOR A MATADOR DE TOROS

Por Blanca Rosa Moctezuma
Como parte de nuestra cultura y tradición mexicana prolifera la Tauromaquia, involucrado en este ambiente el maestro de rejoneo Arturo Ruíz Loredo, precursor de la primera escaramuza charra, en entrevista que le hiciera en su Cortijo “El trianero”, cumpliendo un compromiso pendiente, lo encontramos una tarde soleada domando un equino con gallardía.
Durante la charla, se remonta a su infancia, su pasión por los caballos lo lleva a incursionar a los seis años en la charrería, pionero del grupo fundador de la primera escaramuza charra “Las coronelas” de la Asociación Nacional de Charros, disciplina que ha venido a evolucionar la historia de este deporte. Tres años después el torero El califa de león Rodolfo Gaona, lo apadrina como primer niño rejoneador profesional del mundo, quien conjuntamente con dos de sus hermanas participan en la primera Trilogía mundial de hermanos niños rejoneadores, y crean la Escuela profesional de rejones a la usanza mexicana, alternando en esa modalidad configuras del toreo de la talla de Silverio Pérez, Juan Silveti, José Ramón Tirado, Joselito Huerta, Jaime Rangel por mencionar algunos, matando su primer rejón de muerte en la monumental Plaza México donde es paseado en hombros por todo el redondel.
Siendo aún muy niño debutó en el toreo de Tijuana, tomando la alternativa como matador de toros en l969 cedida por el torero Raúl García, atestiguando Curro Rivera, confirmando la alternativa en l97l en la monumental Plaza México apadrinado por Leonardo Manzano, en l974 reconfirma su alternativa en la Plaza las Ventas en Madrid, España lo apadrina Joaquín Bernardo.
Incursiona profesionalmente como educador de caballos para concurso, de las razas mexicanas, apaluzas, árabes, cuartos de milla, españoles, portugueses, mostrando su maestría en la baja escuela y Doma clásica en eventos organizados por la Escuela de caballos de pura sangre, en esta modalidad obtuvo tres campeonatos. Como parte de logros y diversas faenas conserva en una sala de su Cortijo, los trofeos que ha obtenido durante su trayectoria ecuestre y taurina, su lema: Para ser rejoneador estrella primero se debe ser equitador estrella.

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