La Neta/Tlaxcoapan.- Aunque continua la competencia entre los estados de Hidalgo y Guanajuato sobre la sede donde se edificará la nueva refinería, ejidatarios del polígono F1 afirman que buscarán hacer un acuerdo con el gobierno del estado, para que en caso de Tula sea beneficiada con esta nueva planta, les permitan sacar las cosechas de los sembradíos que cultivan desde marzo pasado.
Aunque continúa la expectativa sobre el sitio donde se realizará el nuevo complejo petroquímico, por la realización de los tramites en algunas de las 700 hectáreas del cambio de uso social a privado, para los ejidatarios es casi un hecho que esta inversión se asiente en la región y por lo cual empiezan a preocuparse por sus cosechas.
El F1 esta conformado por los ejidos de Tula, los de Doxey y Teocalco en Tlaxcoapan y Tlamaco en Atitalaquía, municipio donde se ubicaría la mayor parte de la inversión, ya que en su territorio se localizan 500 hectáreas.
Según un sondeo realizado entre los agricultores, la mayoría ya planeó dejar de sembrar en agosto y septiembre, la segunda etapa de cultivos dentro del periodo anual agrícola y que normalmente rinde frutos en invierno.
“Ya no sembramos, por que si se queda aquí el proyecto entregaríamos las tierras físicamente aproximadamente en un mes”, enuncio uno de los agricultores de Doxey, y quien también aseguró que su ejido había cumplido completamente con el tramite del cambio de tierra ejidal a propiedad privada.
Señaló el entrevistado que si la refinería se asentara, buscarían los comuneros un plazo para sacar la última cosecha, que generalmente en buen aparte de las hectáreas es de maíz, frijol y alfalfa.
En todo caso este sería el último acuerdo gubernamental con los ahora ex ejidatarios, tras recibir el pago por la adquisición de los predios, y permitiría rescatar parte de la inversión que los campesinos hacían anualmente para poder comer.
En promedio para llevar a cabo un cultivo en la zona donde se ubica el polígono F1, se realizaba una inversión de 10 mil pesos para la siembra de maíz o frijol, incluyendo los riegos, además de la semilla.
Aunque continúa la expectativa sobre el sitio donde se realizará el nuevo complejo petroquímico, por la realización de los tramites en algunas de las 700 hectáreas del cambio de uso social a privado, para los ejidatarios es casi un hecho que esta inversión se asiente en la región y por lo cual empiezan a preocuparse por sus cosechas.
El F1 esta conformado por los ejidos de Tula, los de Doxey y Teocalco en Tlaxcoapan y Tlamaco en Atitalaquía, municipio donde se ubicaría la mayor parte de la inversión, ya que en su territorio se localizan 500 hectáreas.
Según un sondeo realizado entre los agricultores, la mayoría ya planeó dejar de sembrar en agosto y septiembre, la segunda etapa de cultivos dentro del periodo anual agrícola y que normalmente rinde frutos en invierno.
“Ya no sembramos, por que si se queda aquí el proyecto entregaríamos las tierras físicamente aproximadamente en un mes”, enuncio uno de los agricultores de Doxey, y quien también aseguró que su ejido había cumplido completamente con el tramite del cambio de tierra ejidal a propiedad privada.
Señaló el entrevistado que si la refinería se asentara, buscarían los comuneros un plazo para sacar la última cosecha, que generalmente en buen aparte de las hectáreas es de maíz, frijol y alfalfa.
En todo caso este sería el último acuerdo gubernamental con los ahora ex ejidatarios, tras recibir el pago por la adquisición de los predios, y permitiría rescatar parte de la inversión que los campesinos hacían anualmente para poder comer.
En promedio para llevar a cabo un cultivo en la zona donde se ubica el polígono F1, se realizaba una inversión de 10 mil pesos para la siembra de maíz o frijol, incluyendo los riegos, además de la semilla.
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